Leishmania canina ¿Qué es y cómo tratarla? - Clínica Veterinaria Vilavet
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Leishmania canina ¿Qué es y cómo tratarla?

Leishmania canina ¿Qué es y cómo tratarla?

Leishmania canina ¿Qué es y cómo tratarla?

Veterinario especialista en dermatología en Benaguasil – Leishmania canina. ¿Qué es y cómo tratarla?

La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria grave que afecta a los perros y puede tener consecuencias fatales si no se diagnostica y trata a tiempo. En este artículo, descubrirás en detalle qué es la leishmaniosis, cómo se transmite, sus síntomas, métodos de prevención y opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es la leishmaniosis canina?

La leishmaniosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito protozoario Leishmania infantum. Este parásito se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos flebótomos infectados. Estos insectos, al alimentarse de la sangre de un animal infectado, adquieren el parásito y lo transmiten en sus siguientes picaduras.

Es importante destacar que esta afección no se transmite directamente de perro a perro ni de perro a humano sin la intervención del mosquito vector.

Para una prevención efectiva, es recomendable consultar a un veterinario especialista en dermatología en Benaguasil. Él, te podrá asesorar sobre las mejores opciones según la zona geográfica y el estilo de vida del animal.

¿Afecta a todas las razas por igual?

La leishmaniosis puede afectar a perros de todas las razas y edades. Sin embargo, algunos estudios sugieren que los perros de razas grandes y aquellos menores de un año pueden tener una mayor predisposición a contraer la enfermedad. Independientemente de la raza o edad, es fundamental tomar medidas preventivas para proteger a todos los perros.

Síntomas de la leishmaniosis en perros

Los síntomas de esta enfermedad pueden variar ampliamente y afectar a múltiples sistemas del cuerpo. Algunos de los signos clínicos más comunes incluyen:

  • Lesiones cutáneas: pérdida de pelo, descamación, úlceras y engrosamiento de la piel.
  • Pérdida de peso: a pesar de mantener una ingesta alimentaria normal.
  • Letargo: disminución de la actividad y apatía.
  • Problemas oculares: inflamación, conjuntivitis y, en casos severos, ceguera.
  • Crecimiento anormal de las uñas: uñas largas y quebradizas.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos: aumento de tamaño de los ganglios.
  • Insuficiencia renal: aumento de la sed y la micción, vómitos y diarrea.

Es importante señalar que algunos ejemplares pueden ser portadores asintomáticos, lo que significa que están infectados pero no muestran síntomas evidentes. En estos casos, las revisiones veterinarias periódicas son esenciales para una detección temprana.

Diagnóstico de la leishmaniosis

El diagnóstico se basa en una combinación de la evaluación clínica y pruebas de laboratorio. Las pruebas más comunes incluyen:

  • Análisis serológicos: detectan la presencia de anticuerpos contra Leishmania en la sangre del perro.
  • PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): identifica el material genético del parásito en muestras de sangre o tejidos.
  • Biopsias: toma de muestras de tejidos afectados para su análisis microscópico.

Un diagnóstico temprano es vital para empezar un tratamiento efectivo y mejorar el pronóstico del animal.

Prevención de la leishmaniosis en perros

La prevención es la mejor estrategia contra la leishmaniosis. Algunas medidas preventivas incluyen:

  • Uso de repelentes: aplicación de collares, pipetas o sprays que repelen a los mosquitos flebótomos.
  • Vacunación: existen vacunas que ayudan a reducir el riesgo de infección y la gravedad de la enfermedad en caso de contagio.
  • Control ambiental: evitar paseos durante las horas de mayor actividad de los mosquitos (al atardecer y amanecer) y utilizar mosquiteras en el hogar.
  • Revisiones veterinarias periódicas: realizar pruebas serológicas de forma regular para detectar infecciones tempranas.

Tratamiento de la leishmaniosis canina

El tratamiento es prolongado y requiere un enfoque multifacético. Las opciones terapéuticas incluyen:

  • Medicamentos antiparasitarios: fármacos como la miltefosina o el antimoniato de meglumina que combaten al parásito.
  • Alopurinol: ayuda a controlar la replicación del parásito y reduce la carga parasitaria.
  • Cuidados de soporte: dieta adecuada, hidratación y manejo de síntomas específicos como insuficiencia renal o lesiones cutáneas.

Es fundamental seguir las indicaciones del veterinario y realizar controles periódicos para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar las terapias según sea necesario.

Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, muchos perros pueden llevar una vida relativamente normal. Sin embargo, la leishmaniosis es una enfermedad crónica, y las recaídas son posibles. La monitorización continua y las medidas preventivas son esenciales para mantener la salud y el bienestar del animal.

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